

Barcelona, ciudad europea boomtown cuenta con minimos espacios verde.
Filas de arboles inteligentemente plantados a lo largo de las calles pretenden una ciudad verde, mientras la cuestión del territorio limitado, en constante crispación, y los interéses económicos de unos pocos, vetan al espacio verde, a los pulmones urbanos, al espacio de recreo y al bienestar de todos.
Resta la mirada a la urbe desde el google-earth para percibir un desierto de cemento y piedras.
La vida terrestre misma parece – absurdamente - un lujo, cuando por vivir en ciudad tierra, que es de todos ,vale 1€ por 10l, a penas sufficiente por un arbusto de 30 cm de altura.
Si se supone que el auto-respeto escencial para la vida y la convivencia harmonica en sociedad y con el entorno solo se alcanza a través del respeto de las otras formas de vidas aúnque séan menores ó minimas:
¿en cuanto vive una sociedad respetuosamente con si mismo, si a su lado no cabe un arbol por persona....?
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